Los Dalton
Los Dalton
MIGUEL FRUCTUOSO, MARÍA SÁNCHEZ Y MIGUEL ÁNGEL TORNERO
Los Dalton surge de la colaboración entre Miguel Fructuoso, María Sánchez y Miguel Ángel Tornero. El punto de partida de esta exposición se centra en el daltonismo, alteración visual que provoca dificultad para percibir los colores. Esta diferencia perceptiva les permite reflexionar sobre la empatía y la exclusión, lo raro y lo común, el individualismo y la colectividad, mediante una serie de ejercicios formales y conceptuales en relación al color para constatar que todo puede ser cuestionado.
Cuando Miguel Ángel Tornero y María Sánchez iniciaban conversaciones sobre la manera de afrontar esta exposición, conocieron que su amigo y pintor Miguel Fructuoso acababa de ser diagnosticado de daltonismo. Esta casualidad propició una intensa colaboración entre los tres que se ha materializado en una serie de obras —pinturas, vídeos e instalación— que parten de la complejidad en la búsqueda de consenso sobre el color para, a su vez, cuestionar incluso las convenciones más universales.
Tomando la búsqueda de consenso como una de las ideas que vertebran la propuesta, a la negociación cromática se une la negociación que requiere la dimensión colaborativa del proyecto, cuyos integrantes han de dejar a un lado su práctica individual para dar lugar al acuerdo. Según los propios artistas, las piezas que conforman la exposición son el documento procesual de un tránsito y un intento —tal vez improductivo, por ser imposible— de ponerse en el lugar del otro.
En el Centro José Guerrero la propuesta se enriquece gracias al diálogo con la producción pictórica del pintor granadino, en la que el uso del color es un aspecto central. A este marco conceptual se suman las ideas de diálogo, interpretación y relectura de la obra de Guerrero, para ofrecer una nueva aproximación a su trabajo. Así, la propuesta incluye una serie de piezas que toman como punto de partida algunas de sus pinturas como eje desde el que reflexionar en torno a la diversidad de percepciones.
Uno de los hilos conductores de la exposición es el ejercicio de reproducción de los test de Ishihara. Estas pruebas consisten en unos dibujos circulares que contienen números en una gama de colores que oscilan entre los verdes y los rojos, utilizados para el diagnóstico del daltonismo —la capacidad de distinguir el número respecto al fondo es lo que determina si alguien es o no daltónico—. Los artistas seleccionaron algunos de los test —concretamente aquellos en los que Miguel había fallado—, los imprimieron en gran formato y Fructuoso, acompañado de Sánchez y Tornero, trató de reproducirlos. En algunos casos, esa reproducción pudo ejecutarse exitosamente, no gracias a la percepción del color, sino a la capacidad de igualar un tono al otro aunque no se percibiera con exactitud.
Más información en la web
www.centroguerrero.es (abre en ventana nueva)