Exposiciones
La Colección del Centro
La Colección del Centro
La Colección del Centro José Guerrero abarca toda la trayectoria del pintor y permite recorrer las diversas etapas de su obra desde 1946 hasta 1990. Atendiendo a su desarrollo, puede observarse que en la segunda mitad de los años cuarenta, cuando Guerrero conoció en Europa de primera mano el arte de los maestros vanguardistas, la atracción por el color que ya había manifestado en su época de formación en España eclosiona en una serie de telas en las que despliega todo el espectro cromático. Pero cuando llega a Nueva York en 1950 reduce la gama de la paleta para centrarse solo en dos o tres colores en cada trabajo y explorar su interacción a través de la gradación tonal y las distintas formas de aplicar la pintura: arrastrada en seco, diluida, pura, mezclada, empastada, contrastada en grandes masas, franjas, gestos o acentos puntuales. Probablemente la lección del
Guernica, obra que contempló una y otra vez en el MoMA y que influyó tanto en la primera generación de expresionistas abstractos, su drástica reducción cromática, fue determinante. El propio Guerrero escribió: «Me impresionaba la rica variedad de las gamas intermedias de color. Blancos puros, blancos más apagados y blancos más luminosos, grises que eran casi rosas, grises fríos, y negros uniendo espacios y rompiendo límites». A partir de entonces, dio inicio a un
modus operandi que ya nunca abandonó, y que le permitió profundizar en un conocimiento que hizo de él un maestro del color reconocido y reivindicado.
Hace dieciséis años presentamos en la sala Mirador una selección de las obras de la Colección que atendía al color como tema, y que dio pie a una convocatoria literaria titulada Sobre lo azul. En esta ocasión, persiguiendo un sentido lúdico que anime a nuestros visitantes a celebrar con nosotros el XX aniversario del Centro después del obligado periodo de clausura, retomamos aquel experimento para poner en sala gozosos diálogos entre momentos diferentes de la carrera del pintor a propósito de sus colores, para ver cómo riman con el tiempo y cómo vibran a través de la memoria. Cada sala se convierte en la historia condensada de un color tal y como lo fue diciendo Guerrero a lo largo de sus años, empezando por el amarillo estival y culminando con el negro.
Más información: web del Centro José Guerrero